viernes, 3 de mayo de 2013




“TEMORES Y ESPERANZAS: NUESTRO COMPROMISO CON LA TIERRA”

Somos un hilo en la gran red de la vida. Nuestros temores, nuestras inseguridades, son la manifestación de nuestro desconocimiento sobre la armonía que existe en el cosmos. Existe una armonía entre la naturaleza y la cultura, entre las fases de la luna y los tiempos para la siembra, la época para podar, la transformación de niño en hombre…

Esta continuidad nos señala que como es arriba es abajo, que nuestro mundo es la imagen del mundo y que las rupturas en estos lazos nos producen miedo, temores, nos hacen vulnerables.

El desconocimiento de nuestros procesos y nuestras realidades, nos hace sentir frágiles, solos e indefensos. Acercarnos a nosotros mismos, a los otros planetas, a los otros seres, reordenados en la continua persona-naturaleza, disminuye nuestros temores.

Porque el planeta tiene su propia dinámica y en el discurrir de lo vivo hay condiciones y esperanzas para garantizarles la vida a todos sus pobladores.

El sentido de la fraternidad crea lazos, recupera la armonía, hace desaparecer los miedos, garantiza los afectos y hace posible los sueños.

Si el miedo lleva a defendernos, si defendernos significa el ataque formando un circuito de agresión que insistentemente vuelve sobre nosotros mismos, reaccionemos con AMOR, FRATERNIDAD, SOLIDARIDAD, ESPERANZA, para vivir en ARMONÍA.

Potenciar la relación PERSONA-PLANETA, requiere conocernos a nosotros mismos, sin temor a la sexualidad, sin temor a tocarnos, sin temor a amarnos, sin temor a la libertad, reconociendo cual es nuestro papel, y nuestra función en el cosmos.

Esta unidad con el cosmos es unidad con nosotros mismos y con los otros. Unidad no como homogeneidad sino como reflejo de la heterogeneidad, de la diversidad, de la diferencia.

Como pobladores del planeta podemos reconocer nuestros temores y esperanzas en nuestro interior, en lo espiritual, en lo social, en lo físico, en lo económico, en el ámbito familiar, escolar, laboral, como ciudadanos y como habitantes del cosmos.

Siempre hay posibilidades de que aparezcan fenómenos de origen natural o humano que, unidos a nuestra vulnerabilidad, puedan crear la desarmonía y producir un desastre.

Nuestros temores dependen de nuestra incapacidad para responder adecuadamente ante una situación determinada. Cuando hay esperanzas hay potencialidades, porque tenemos capacidades no sólo personales, sino también sociales, colectivas, que nos permiten salir adelante.

¡SIEMPRE HAY UNA ESPERANZA! Esperanza que esos temores e inseguridades desaparezcan y se conviertan en motores de cambio que fortalezcan nuestros lazos sociales y nos acerquen a nuestros espacios de convivencia, esto es A LA VIDA.Identifiquemos nuestros temores y ante ellos cuáles esperanzas abren el camino.

La reflexión precisará cuáles son nuestras capacidades para enfrentar las vulnerabilidades, y ello disminuirá los temores, acrecentará las esperanzas y redundará en beneficio de la armonía cósmica.

(Texto tomado de:
(Programa Educativo para la formación ciudadana.
Universidad de Antioquia y Metro de Medellín. 1997)

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