viernes, 19 de abril de 2013


Aspectos generales de lúdica para ser aplicados al desarrollo de las competencias ciudadanas
Se entiende por recreación a todas aquellas actividades y situaciones en las cuales esté puesta en marcha la diversión, como así también a través de ella la relajación y el entretenimiento. Son casi infinitas las posibilidades de recreación que existen hoy en día, especialmente porque cada persona puede descubrir y desarrollar intereses por distintas formas de recreación y divertimento.

La recreación se da normalmente a través de la generación de espacios en los que los individuos pueden participar libremente de acuerdo a sus intereses y preferencias. La noción básica de una situación de recreación es la de permitir a cada uno encontrar lo que más placer le genera, pudiendo por tanto sentirse cómodo y haciendo entonces lo mejor de la experiencia. La recreación se diferencia de otras situaciones de relajación tales como el dormir o descansar ya que implica siempre una Participación más o menos activa de la persona en las actividades a desarrollar.

Ha sido científicamente comprobado que aquellas personas que se ven inmersas en sus rutinas laborales y que no dedican espacios a experiencias de recreación, suelen sufrir por lo general mayores niveles de estrés, angustia y/o ansiedad. Por tanto, la recreación sirve al ser humano no sólo para activar el cuerpo, sino también para mantener en un sano equilibrio a la mente. La recreación como actividad organizada puede desarrollarse tanto en espacios abiertos como en espacios cerrados. Claros ejemplos del primer caso serían todo tipo de actividades a realizar en parques, plazas o en la naturaleza. Para el segundo caso, pueden ser perfectas opciones aquellas actividades recreativas relacionadas con el arte, la música, la comunicación, el teatro, el cine y el uso de tecnologías de última generación.

La recreación puede abordarse desde la definición que la señala como una experiencia lúdica. La recreación como experiencia lúdica es un proceso particular de múltiples interrelaciones con las dimensiones del desarrollo humano. La recreación no es una experiencia exclusiva de la dimensión corporal, pero encuentra en ésta el espacio privilegiado para su desenvolvimiento, dado su carácter vivencial, emocional y desinteresado.

La recreación está en la base del trabajo pedagógico con diferentes campos de práctica social de la educación física como el deporte, la danza, el uso del tiempo y el espacio, en los cuales se vivencian y experimentan múltiples formas de actuar y de relacionarse en el cuerpo social.

La lúdica se refiere a la necesidad del ser humano, de sentir, expresar, comunicar y producir emociones primarias como reír, gritar, llorar y gozar, emociones orientadas hacia la entretención, la diversión y el esparcimiento poseyendo una ilimitada cantidad y formas, medios de expresión como lo manifiesta el profesor Carlos Bolívar Bonilla[1].

Para Max Neef[2] se puede expresar que la lúdica debe ser concebida no solamente como una necesidad del ser humano sino como una potencialidad creativa. Esto es que el hombre no solo requiere de la lúdica para su desarrollo armónico sino que también puede y en verdad lo hace. Producir satisfacciones de dicha necesidad durante su desarrollo histórico, social y ontogenético. Por esta razón el hombre ha bailado, reído y jugado desde tiempos inmemorables y cada nuevo ser empieza su incursión en el mundo de la vida mediante actividades lúdicas con los elementos de su entorno.

Para Rossy Pérez[3] la lúdica es considerada como una dimensión del desarrollo humano, expresión macro que abarca el sentido del disfrute y de libertad de los procesos de expresión creativa y proyectiva, por medio de la cual se buscan altos niveles de gozo y bienestar en la cotidianidad del ser humano, trascendiendo el juego.

Desafortunadamente, son muchas las equivocaciones que se tienen sobre el concepto de lo lúdico, una de ellas es la identificación de éste con el juego, la recreación, el ocio y el tiempo libre. En este sentido, debe aclararse que la lúdica no se restringe únicamente al juego, aunque no lo desconoce como tal; se podría iniciar diciendo que es más profundo que el simple acto de jugar.

Al respecto, en términos de Héctor Ángel Díaz “la lúdica hace referencia a situaciones que producen diversión y placer y que van mucho más allá de juego y la recreación. A través de la lúdica los estudiantes expresan sus emociones, aprenden valores, y aprenden a convivir pacíficamente en un ambiente adecuado y oportuno”[4].

Los autores del presente proyecto, están de acuerdo con la conceptualización del anterior autor, dado que mucha veces el término lúdica es confundido con juego o recreación, aquí se permite observar que este concepto abarca toda “acción que produce diversión, placer, alegría y agregan un término más, toda acción que se identifique con la recreación y con una serie de expresiones culturales (teatro, danzas, música, competencias deportivas, juegos de azar, juegos infantiles, fiestas populares, actividades de recreación, la pintura, entre otras)”[5].

Según Héctor Ángel Díaz el fenómeno lúdico se puede estudiar desde tres niveles.
El primer nivel corresponde a las características esenciales que definen la práctica lúdica, el segundo nivel alude al sistema de representaciones simbólicas y manifestaciones (imaginarios culturales, rituales y normatividad) de la lúdica y el tercer nivel corresponde a la función lúdica del sujeto.[6]

De acuerdo con este mismo autor, la lúdica se caracteriza por tener diferentes formas de movimiento, expresar lenguajes simbólicos, placer, diversión y alegría, son acciones que buscan reconocimiento y representaciones simbólicas de la realidad que expresan imaginarios socioculturales del contexto. Su contenido corresponde a un contexto espacio  temporal específico que constituyen rituales, contiene reglas o normas y expresan emocionalidad.

El sujeto al construir los mundos imaginarios y recrearlos en diferentes formas culturales lo hacen a partir de representaciones simbólicas construidas sobre el mundo de la vida y las incorpora sobre sí mismo transformándose en actor de las situaciones, asume roles con ellas y actúa “como si”. Es el juego de transformar su yo, prisionero en el mundo de la vida social y material, en el otro yo libre en el mundo de la ficción.

En esta misma dimensión de las relaciones problemáticas y conflictivas se puede identificar la influencia de otra circunstancia no determinante, en la génesis de la lúdica, relacionada con el campo cognoscitivo del sujeto. En la infancia al niño se le presentan dificultades para comprender racionalmente fenómenos de la vida y la manera de asimilarlos es mediante la representación simbólica y la expresión por medio del juego. En este sentido lo misterioso y lo desconocido se vuelve objeto de ritualización y simulacro.

En consecuencia, existe una función lúdica que reproduce simbólicamente la experiencia de vida encontrando un verdadero sentido de identidad y pertinencia.
De este modo, es una necesidad y un deber de la educación y la pedagogía educar desde la niñez y la adolescencia en lúdica con el propósito de generar competencias a partir de los principios de la lúdica.

La noción básica de recreación es la de permitir a cada uno encontrar lo que más placer le genera, pudiendo por tanto sentirse cómodo y haciendo entonces lo mejor de la experiencia. La recreación se diferencia de otras situaciones de relajación tales como el dormir o descansar ya que implica siempre una participación más o menos activa de la persona en las actividades a desarrollar.

Históricamente la recreación tiende a expresarse en dos tendencias: la primera,  considera que la recreación es una práctica institucionalizada del tiempo libre cuyas funciones principales son el goce, el placer y el descanso y sus prácticas se circunscriben a ésta esfera horaria.

De ahí que en la educación formal otorgue a la recreación un lugar como actividad extracurricular (juegos, dinámicas y prácticas que relajen o que permiten a los estudiantes salir de la rutina escolar). Para la segunda tendencia, se le asigna a la recreación funciones de desarrollo, en la medida que se atribuye a las prácticas recreativas un valor pedagógico que se articula a procesos educativos de transformación socio cultural.

Carlos Alberto Jiménez V., un reconocido y prolífico autor latinoamericano, estudioso de la dimensión lúdica, describe:

"La lúdica como experiencia cultural, es una dimensión transversal que atraviesa toda la vida, no son prácticas, no son actividades, no es una ciencia, ni una disciplina, ni mucho menos una nueva moda, sino que es un proceso inherente al desarrollo humano en toda su dimensionalidad psíquica, social, cultural y biológica. Desde esta perspectiva, la lúdica está ligada a la cotidianeidad, en especial a la búsqueda del sentido de la vida y a la creatividad humana."[7]

Ernesto Yturralde Tagle, investigador, conferencista y precursor como facilitador de procesos de aprendizajes significativos utilizando actividades lúdicas, comenta:

 "Es impresionante lo amplio del concepto lúdico, sus campos de aplicación y espectro. Siempre hemos relacionado a los juegos, a la lúdica y sus entornos así como a las emociones que producen, con la etapa de la infancia y hemos puesto ciertas barreras que han estigmatizado a los juegos en una aplicación que derive en aspectos serios y profesionales, y la verdad es que ello dista mucho de la realidad, pues que el juego trasciende la etapa de la infancia y sin darnos cuenta, se expresa en el diario vivir de las actividades tan simples como el agradable compartir en la mesa, en los aspectos culturales, en las competencias deportivas, en los juegos de video, juegos electrónicos, en los juegos de mesa, en los juegos de azar, en los espectáculos, en la discoteca, en el karaoke, en forma de rituales, en las manifestaciones folklóricas de los pueblos, en las expresiones artísticas, tales como la danza, el teatro, el canto, la música, la plástica, la pintura, en las obras escritas y en la comunicación verbal, en las conferencias, en manifestaciones del pensamiento lateral, en el compartir de los cuentos, en la enseñanza, en el material didáctico, en las terapias e inclusive en el cortejo de parejas y en juego íntimo entre estas. Lo lúdico crea ambientes mágicos, genera ambientes agradables, genera emociones, genera gozo y placer."[8]


[1] BONILLA BOLÍVAR, Carlos. Una aproximación al concepto lúdico.  Bogotá: Alegría de enseñar. 1997.  p. 37.

[2] MAX NEEF, Manfred A.  Escala de Desarrollo humano. Nueva York: Apex Press, 1991. P. 59-61
[3] PÉREZ ATEHORTÚA, Rosa Elena. Aproximaciones al concepto de lúdica. Juegos Estacionarios de Piso y de Pared, 1999. 90 p.
[4] DÍAZ MEJÍA, Héctor Ángel. La función lúdica del sujeto. Bogotá: Magisterio, 2006. p. 15
[5] Ibíd., p. 17
[6] Ibíd., p. 16 - 18
[7] JIMÉNEZ V., Carlos Alberto. Pedagogía de la creatividad y de la lúdica. Bogotá: Magisterio, 2006. p. 88
[8] YTURRALDE, Ernesto. Lúdica y aprendizaje significativo [en línea]. Bogotá. 2010 [citado el 29 de mayo de 2011]. Disponible en: <URL: http:// www.yturralde.com/ludica.htm

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